16 ago 2011

¿Feliz es la palabra?...

El día comienza bien, un poco fuera de lo normal. tengo muchos gestos de cariño por las personas que me rodean, mis padres tienen una sonrisa impregnada en sus rostros y no puedo comprender porque hoy me tratan tan bien, siendo que siempre me retan o gritan. Pareciera que tengo el permitido de cometer todas las macanas que quiera.
Luego llegas niños de distintas edades que nunca había visto, los mayores piensan que mis cachetes son de plástico o algún material elástico. Al principio pensé que el día seria único pero ahora quiero que termine lo mas pronto posible.
Que es lo que me hacen, nose. Me sentaron en forma de ritual, me encerraron en un altar todos aplauden, cantan, y me miran a mi. Como si fuera el cerdo de la tribu mapuche me pusieron un pastel hecho por mi madre, yo pensé que era solo para mi familia pero se ve que no, están ansiosos por comerlo, se ve en sus ojos brillosos por la luz que deslumbra esa antorcha colocada sobre sí, sus labios húmedos tras la desesperación de su turno.
Las personas se van alejando, el día quiere llegar a su fin, mi cuerpo se siente debilitado, el cansancio se va notando más y más en mis ojos que lentamente van cerrando...

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